Siete consejos para el mantenimiento de las luces de tu coche
Ver y ser visto es la primera regla de la seguridad vial: el 90% de la información que recibimos al conducir nos llega a través de la vista, y las luces del coche tienen mucho que ver en ello. Por este motivo, el mantenimiento de las luces del coche es un aspecto clave para circular con seguridad; también el disponer de un equipo de iluminación adecuado. En este sentido, las recientes bombillas led homologadas aportan muchas ventajas. Por otro lado, aunque no forma parte del sistema de iluminación de un vehículo, la luz de emergencia para un coche es un sistema que también incrementa notablemente la seguridad.
A continuación vamos a hablar de todo ello y a proponer una serie de consejos para el mantenimiento de las luces de un coche que abordan todos estos aspectos de una forma clara. Porque mantener las luces en buen estado no solo es una cuestión de nuestra propia seguridad, sino que también contribuye a la seguridad vial general
1. Inspeccionar las luces del coche de forma periódica
Todos los coches modernos disponen de testigos que se encienden cuando una luz falla. Pero no está de más echar un vistazo al sistema de iluminación de nuestro automóvil de vez en cuando. Podremos detectar algunas cosas de las que el testigo no nos avisa, como unas bombillas –sobre todo, las traseras- que ya iluminan poco o unas ópticas deterioradas, o en las que ha entrado humedad o suciedad, que no dejan pasar bien la luz.
2. Mantenerlas siempre limpias
Los faros son muy propensos a ensuciarse. Los delanteros, porque reciben la suciedad de la carretera e impactos de insectos. Los traseros, porque en esa zona la suciedad tiene a acumularse al recibir menos corrientes de aire y por el humo y partículas que despende el tubo de escape. Unos faros sucios reducen drásticamente su capacidad de iluminación.
3. Fijarse en cómo alumbran
De vez en cuando hay que fijarse en cómo alumbran nuestros faros delanteros, si están bien orientados y no producen deslumbramientos al resto de usuarios de la vía. Un conductor deslumbrado tarda de entre 5 y 20 segundos en recuperar totalmente la visión y en ese tiempo recorren a ciegas muchos metros de carretera. Un bache fuerte o algún soporte dañado puede alterar el reglaje de nuestros fatos y hacer que no apunten a donde deben.
4. Reemplazar las bombillas de forma periódica
Las bombillas de un coche van perdiendo rendimiento con el paso del tiempo y tienen menos capacidad de iluminación mucho antes de que se fundan. Por este motivo es aconsejable cambiarlas cada dos años o 40.000 kilómetros, y siempre por parejas: las dos delanteras o las dos traseras, ya que su uso es simétrico.
En un coche con lámparas halógenas, realizar el reemplazo no es complicado, aunque hay que seguir bien las instrucciones del manual para no colocar mal la lámpara. En sistemas de iluminación más complejos, de xenón o led, el remplazo hay que hacerlo en un taller.
5. Mejorar las luces del coche con bombillas led homologadas
En muchos modelos de coches de pueden instalar bombillas led homologadas, que aumentan notablemente la intensidad de la luz y mejoran la visibilidad nocturna. Además de iluminar más, las luces led de coche son mucho más duraderas que las halógenas y consumen menos energía. Solo hay que consultar en las páginas web de los fabricantes de bombillas led los modelos de automóviles compatibles con sus lámparas.
Esto es posible gracias a un reciente cambio legislativo: la última revisión del Manual de Reformas de Vehículos del Ministerio de Industria permite a los fabricantes homologar bombillas LED de recambio para faros halógenos.
Eso sí, hay que tener en cuenta tres cosas importantes. El modelo de bombilla tiene que estar homologado en España o en otro país de Europa. De cara a pasar la ITV, necesitas descargarte el certificado de recambio equivalente en la web del fabricante de la bombilla. Y, por último, es aconsejable hacer un nuevo reglaje de los faros para evitar deslumbramientos.
6. Cambiar los faros
Los faros de un coche no tienen una duración eterna. Por su composición, de plásticos traslúcidos, sufren especialmente las condiciones meteorológicas; y por su ubicación, en el frontal del coche, donde reciben numerosos impactos y la erosión del agua y del polvo; son una pieza de desgaste. También, sobre todo los delanteros, se oxidan con el paso de los años y se vuelven amarillentos.
7. Luz de emergencia del coche
Las luces de emergencia con la homologación V16 están autorizadas por la Dirección General de Tráfico. Hasta el 1 de enero de 2026 se podrán usar, indistintamente, triángulos y luces de emergencia, fecha a partir de la cual los triángulos de seguridad dejarán de estar permitidos y la luz de emergencia será obligatoria.
Las luces de emergencia son otro gran avance en la seguridad. Hay que recordar que se producen muchos accidentes por alcances a un vehículo averiado o previamente accidentado; y atropellos a personas que se han bajado incorrectamente de su vehículo o en el momento de señalizarlo.
La luz de emergencia mejora la seguridad de todos los usuarios de la vía en caso de avería o de accidente. Se coloca en el techo del coche averiado en solo 30 segundos, y no es necesario bajarse del coche y caminar por la calzada, como con los triángulos. En cuanto se acopla, la luz de emergencia comienza a emitir una señal amarilla destellante que es fácilmente visible por el resto de usuarios de la vía.
Eso sí, en caso de avería o accidente hay que recordar que los ocupantes deberán abandonar el vehículo y ponerse los chalecos reflectantes, siempre que exista un lugar seguro fuera de la plataforma de circulación y, en todo caso, deberán salir del vehículo por el lado contrario al flujo de tráfico sin transitar o permanecer en los carriles y arcenes que conforman dicha plataforma. Si las condiciones de circulación no permitieran a los ocupantes abandonar el vehículo con seguridad, permanecerán en el habitáculo con el cinturón abrochado.