Qué son las baterías LFP y qué coches las llevan
Las baterías LFP se han puesto de moda en la industria del automóvil, que está comenzando a emplearlas, y van a crecer a un ritmo del 25% anual durante la próxima década. Pero, ¿qué son exactamente las baterías LFP? Se trata de un tipo de baterías de iones de litio cuyas siglas LFP significan Lithium Ferrum Phosphate, es decir, litio y ferrofosfato. En las baterías LFP, el polo positivo o cátodo está formado por láminas de fosfatos de hierro. En las baterías más habituales empleadas en los coches hasta ahora, el material catódico está formado por una combinación de litio, níquel, óxido de cobalto y manganeso (NCM); o níquel, cobalto, óxido de aluminio y litio (NCA).
¿Por qué se están empezando a usar baterías LFP en los coches?
Hay diversos motivos que han hecho que la industria del automóvil esté comenzando a emplear baterías LFP. Estas baterías solo se usaban en vehículos de gran tonelaje como autobuses y camiones, y representaban menos del 20% del mercado de vehículos eléctricos. El principal de ellos es el precio. Son más económicas y ofrecen unas prestaciones razonables para vehículos eléctricos de entrada a la gama, que pueden reducir su precio gracias a, uso de baterías LFP en lugar de las más caras NCM y NCA. ¿Por qué son más baratas? La razón es que no emplean minerales como el níquel, el cobalto y el manganeso, que son muy caros y escasos, y sufren grandes tensiones en la cadena de suministro.
Las grandes ventajas de las baterías LFP son:
- Un menor precio, lo que influye decisivamente en el precio final del coche, pues el coste de la batería representa alrededor del 35-40% del precio de un automóvil eléctrico.
- Mayor vida útil. Tienen una mayor estabilidad química y soportan más ciclos de carga y descarga que las baterías NCM y NCA.
- Se pueden recargar hasta el 100% sin que se produzca una degradación acelerada de la batería.
- Son más seguras, pues se calientan menos que las baterías NCM y NCA, y tienen un menor riesgo de explosión.
- Son más ecológicas, porque, además de durar más tiempo funcionando, tanto la extracción de los materiales para su fabricación, como su reciclado, son más sencillos, requieren de menos energía y dañan menos la superficie terrestre.
- Aguantan mejor los climas extremadamente cálidos por su menos sobrecalentamiento.
Pero, no todo son ventajas, y es que las baterías LFP ofrecen una gran desventaja frente a las NCA y NCM. En primer lugar, una menor densidad energética, es decir, son capaces de almacenar una menor cantidad de energía que las baterías NCA o NCM. Esto se traduce en que, a igualdad de tamaño, un coche con una batería NCA o NCM tendrá más kilómetros de autonomía. La otra gran desventaja es que también tienen menos potencia, por lo que su velocidad de carga es más lenta. Otro inconveniente de estas baterías es que soportan peor el frío extremo y a temperaturas por debajo de 20ºC bajo cero, pierden muchas prestaciones.
¿Qué coches emplean baterías LFP?
Como comentábamos antes, la industria está comenzando a emplearlas en los modelos de entrada a la gama, que ofrecen una menos autonomía y un precio más reducido. Es una opción fantástica para aquellos usuarios que no necesiten una autonomía muy grande y tampoco estén dispuestos a pagar un precio demasiado elevado por su coche eléctrico.
Tesla ha sido la primera gran marca en montar baterías LFP, que emplea en el Model 3 de autonomía estándar fabricado en China. Ford también ha anunciado el uso de baterías LFP en el la versión más económica y de menor rendimiento del Mustang Mach-E. Y esta corriente no hace más que crecer, pues Renault, Volkswagen, Peugeot, Citroën, Opel y FIAT también han anunciado que algunos de sus modelos montarán baterías de litio ferrofosfato.