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Vehículos comerciales eléctricos: ventajas de electrificar la flota de LCVs

Sostenibilidad 15 Mar 2022

Los vehículos comerciales ligeros eléctricos son los protagonistas de una de las tendencias de la nueva movilidad: la electrificación del transporte de última milla. Con el fin de reducir las emisiones de CO2 causantes del calentamiento global y de mejorar la calidad del aire de las ciudades, el reparto urbano de mercancías tiene que hacerse de forma sostenible. Conscientes de ello, los fabricantes están lanzando una amplia variedad de furgonetas eléctricas (en 2022 se lanzarán 27 modelos EV y PHEV), que se adaptan como un guante a las labores de reparto urbano.

 

¿Por qué las empresas y autónomos tienen que electrificar sus flotas de LCV?

Las empresas y autónomos que realizan repartos de mercancías en núcleos urbanos tienen que adaptarse rápido a este nuevo entorno, por dos motivos legales. Por un lado, la Ley de Cambio Climático obliga a crear infraestructuras y zonas de bajas emisiones en ciudades de más de 50.000 habitantes (148 en España) en 2023. Por otro lado, las nuevas leyes de cambio climático y transición energética obligan a las empresas a calcular de su huella de carbono y crear un plan de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. En las empresas de transporte, el grueso de esas emisiones procede de sus flotas de vehículos.

 

Las ventajas de los vehículos comerciales ligeros eléctricos

Dentro de todos los vehículos eléctricos, los comerciales ligeros son de los que más razón de ser tienen por todas las ventajas de ofrecen a sus dueños y a las ciudades. La autonomía real que ofrecen los comerciales eléctricos ligeros los hace válidos para muchos clientes. Para rutas diarias de alrededor de 160 kilómetros son perfectamente válidos. Y en rutas más largas hay que estudiar dónde y cómo recargar, porque en 30 minutos se pueden añadir 50 kilómetros más de autonomía.

  • Libre acceso a las ciudades. Los vehículos comerciales eléctricos ofrecen muchas ventajas. En primer lugar, el acceso libre a las ciudades en episodios de alta contaminación y a las zonas de bajas emisiones de sus núcleos centrales. Además, por su baja sonoridad, también pueden realizar misiones nocturnas.
  • Huella de carbono. Los vehículos comerciales ligeros eléctricos contribuyen a reducir la huella de carbono de la empresa.
  • Objetivos RSC. Los vehículos eléctricos también ayudan a cumplir los objetivos medioambientales de las políticas de RSC de una empresa.
  • Mejora de la imagen. Las empresas que hacen esfuerzos por ser más sostenibles tienen una mejor percepción por parte del público.
  • TCO favorable. Para un cliente que haga 30.000 kilómetros anuales, el TCO de un LCV eléctrico es solo un 5-10% superior al de un diésel, teniendo en cuenta un precio de recarga medio en puntos públicos. Si las recargas se realizan en puntos de carga privados, su TCO se iguala, o incluso es mejor que el de su contraparte diésel.
  • Ayudas. La compra de estos vehículos tiene ayudas por parte del estado a través del Plan Moves. Además, los vehículos eléctricos pagan menos impuestos.
  • Mejor para la ciudad. El silencio y la limpieza de los vehículos comerciales ligeros eléctricos mejora notablemente la calidad de vida de las ciudades.
  • Los conductores lo agradecen. La conducción de una furgoneta eléctrica es mucho más gratificante que la de una convencional con motor de combustión. Todas tienen cambio automático, lo que se agradece mucho en ciudad. Y arrancan y aceleran de forma suave y progresiva, algo de vital importancia para las tareas de reparto, en las que suele haber constantes paradas y arranques.
  • Con muy poco mantenimiento. Los vehículos eléctricos tienen un mantenimiento entre un 30 y 50% inferior a los de combustión.  Una furgoneta diésel tiene alrededor de 30.000 piezas, mientras que una eléctrica tiene un 60 por ciento menos; y un motor eléctrico solo tiene una pieza móvil. Tampoco hay gastos de mantenimiento de la caja de cambios, embrague, periféricos del motor (bombas, válvulas, colectores, alternador, motor de arranque, sistemas de alimentación y escape…). Además, gasta menos neumáticos y frenos.
  • Mayor valor venal. El menor desgaste “mecánico” de un vehículo comercial ligero eléctrico hace que su valor en el mercado de segunda mano sea superior al de uno diésel a igualdad de estado y kilometraje.

 

Haga click en la imagen para descargar el estudio completo: "eLCV Datos reales para la transición eléctrica de la flota LCV"

eLCV Arval

 

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