Consejos para el mantenimiento de los neumáticos de tu coche de renting
Consejos para el mantenimiento de los neumáticos de tu coche de renting
Los neumáticos son uno de los principales motivos que provocan una ITV desfavorable. Mucho más importante que esto, es que son un elemento clave en la seguridad, por lo que resulta imperativo realizar un mantenimiento adecuado de los mismo; y también para prolongar su vida útil y ahorrar dinero evitando un desgaste innecesario. Aquí tienes diez eficaces consejos el mantenimiento de los neumáticos de tu coche de renting.
1. Verifica la presión de los neumáticos regularmente
Es la tarea más importante, la auténtica clave, porque las presiones son lo que más afectan al comportamiento y al desgaste de un neumático. Es un aspecto tan importante, que la mayoría de los coches modernos disponen de un sensor de presión que alerta al conductor cuando alguno de los neumáticos se sale de las presiones recomendadas. De hecho, el sistema de control de presión de neumáticos es obligatorio desde el 1 de noviembre de 2012 en nuevas homologaciones y desde el 1 de noviembre de 2014 en los vehículos nuevos matriculados.
Mantener la presión adecuada mejora el consumo de combustible, reduce las emisiones, aumenta la vida útil de los neumáticos y les permite ofrecer sus mejores prestaciones de agarre y estabilidad. Para revisarlos, es mejor hacerlo cuando no estén muy calientes y en una estación de servicio que tenga un buen aparato de comprobación e inflado. La presión recomendada puedes verla en el manual del coche o en una pegatina que suele estar tras la tapa del depósito de combustible o en el marco de la puerta del conductor.
2. Mantener la profundidad adecuada de la banda de rodadura
Este sería el segundo “mandamiento” de los neumáticos y el aspecto que más ITV desfavorables provoca. Los surcos de la banda de rodadura están diseñados para evacuar agua. Una banda de rodadura desgastada afecta negativamente el agarre y aumenta la distancia de frenado, especialmente en condiciones de lluvia. Es obligatorio sustituir los neumáticos cuando la profundidad de la banda de rodadura es inferior al límite legal (alrededor de 1,6 mm). Los neumáticos llevan unos avisadores en la banda de rodadura que nos alertan de cuándo hemos llegado a su límite de desgaste.
3. Echarles un ojo de vez en cuando
Antes de salir de viaje, y con relativa frecuencia, es muy recomendable inspeccionar visualmente los neumáticos. Puede suceder que haya un desgaste irregular por una mala alineación y que unos neumáticos que, a primera vista, están perfectos, muestren un desgaste peligroso en la parte interior de su banda de rodadura. También podemos darnos cuenta de una deformación del flanco de un neumático (le puede salir como un “chichón”) por haberle dado un golpe contra un bordillo o en un bache profundo. También podríamos ver algún objeto incrustado.
4. Bien alineados y equilibrados
Con el paso del tiempo y, producto de las tensiones que soportan al tomar curvas y de los golpes que reciben al rodar o al aparcar, las ruedas de un coche se pueden desalinear. Por tanto, es importante que estén colocados en la posición exacta para que el neumático pise de forma regular en la carretera. Cuando un coche no está bien alineado, los neumáticos se desgastan irregularmente y ofrecen menos agarre en curva y adherencia en frenada. En la alineación (también llamada paralelo), se ajustan los diferentes ángulos que deben cumplir tener la ruedas para que su ‘pisada’ sea la adecuada.
5. Conducir sin sobrecargar los neumáticos
Un neumático tiene una capacidad de adherencia limitada. Si conducimos de forma brusca, hacemos que el límite de agarre llegue antes y el coche pierda estabilidad. Además, sobrecargamos y sobrecalentamos la estructura y la superficie de contacto del neumático, lo que aumenta exponencialmente su desgaste. Es posible arruinar un neumático (por ejemplo, destruyendo sus cantos), con solo unos pocos kilómetros de un uso inadecuado. Las curvas lentas y las rotondas son lugares en los que es fácil exigirle de más al neumático.
6. Ojo a la fecha de caducidad
Los neumáticos también se deterioran con el tiempo y caducan. Aunque su banda de rodadura no se haya desgastado, un neumático con muchos años de vida pierde mucha de sus cualidades, agarra mucho menos, puede agrietarse y reventar. En el flanco puedes ver con facilidad en qué semana y año se fabricaron (por ejemplo, 4421, lo que significa que se produjeron la semana 44 del año 2021)
7. Equivalencia de neumáticos (importante en la ITV)
Al cambiar los neumáticos de un coche hay que hacerlo por unos de las mismas medidas, índice de carga y de velocidad; o por las opciones equivalentes que estén permitidas. De lo contrario, el coche rodará descompensado y el resultado de la ITV será desfavorable.
8. Rotarlos para optimizar su uso
Los neumáticos del eje delantero suelen recibir más carga y, por lo tanto, desgastarse antes. Por ese motivo, muchas personas los rotan con los traseros cuando están a la mitad de su vida útil. De esta forma, el coche vuelve a tener un neumático en buen estado en el tren delantero; y las cuatro ruedas se desgastan de un modo más uniforme.
9. Atento a la carga en los viajes
Los fabricantes recomiendan diferentes presiones de los neumáticos según sea la carga del coche. En un viaje, con la familia y las maletas, hay que inflarlos con la presión máxima recomendada. No hacerlo puede provocar un calentamiento y desgaste excesivos, además de comprometer el agarre en curva y en frenada. Después, si se va utilizar el coche con una o dos personas, es importante volver a ajustar la presión a la recomendada por el fabricante para rodar con baja carga.
10. Recurre a profesionales y marcas reconocidos
Los neumáticos son el elemento que más directamente afecta a la seguridad de un coche. Desde Arval recomendamos emplear neumáticos de marcas reconocidas y realizar su mantenimiento en talleres de neumáticos o especialistas de contrastada confianza.
