La transición hacia nuevas soluciones de movilidad ha obligado a una revisión de algunos aspectos básicos de la seguridad vial. Así como las nuevas tecnologías han supuesto un importante avance en materia de sostenibilidad, también resulta significativo el impacto de estas innovaciones en seguridad.
Cómo afectan a la seguridad vial las nuevas tecnologías de los vehículos eléctricos
El interés por alternativas de desplazamiento más sostenibles ha popularizado la compra, el alquiler y el renting de vehículos eléctricos. Con esto, la presencia de este tipo de vehículos en la carretera es cada vez más notable, y tanto conductores como peatones se han tenido que acostumbrar a una nueva forma de conducción.
La seguridad vial también se ha visto afectada por las nuevas tecnologías y los sistemas de seguridad avanzados que marcan las pautas de esta nueva generación de vehículos. Estas son algunas de las particularidades que han hecho que su puesta en circulación también haya introducido cambios en el modo de abordar la seguridad vial.
- Marcha silenciosa
Los bajos niveles de ruido de los vehículos eléctricos, sobre todo cuando circulan a velocidades bajas, hacen que a menudo pasen inadvertidos para ciclistas y peatones. Entre algunas de las adaptaciones más actuales en sistemas de seguridad para vehículos eléctricos está la incorporación de avisadores acústicos (AVAS). Se activan de manera automática a velocidades inferiores a los 20 km/h o en maniobras de marcha atrás para advertir de la presencia del vehículo.
- Frenado regenerativo
El frenado tiene un papel esencial en la conducción de los vehículos eléctricos más modernos. Estos aprovechan la energía cinética de la frenada y la transforman en energía eléctrica que se almacena en la batería. Desde el punto de vista de la experiencia de la conducción, el frenado regenerativo implica que, al levantar el pie del acelerador, el vehículo ya experimenta cierto efecto de frenada, y que este es más notable cuanto más se suelta el pedal. En Europa este sistema se ha regulado de manera que las luces de frenado se enciendan cuando, al soltar el acelerador, la deceleración sea superior a los 1,3 m/s.
- Estabilidad en carretera
En los coches eléctricos, el riesgo de volcado es inferior al de los vehículos de combustión. Ello se debe a que, como consecuencia de la ubicación de las baterías, el centro de gravedad está más bajo. Esta mejora en la estabilidad hace que los vehículos eléctricos sean menos propensos a experimentar derrapes o deslizamientos peligrosos.
- Asistencia a la conducción
Los sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS) son toda una serie de nuevas tecnologías integradas en los vehículos para mejorar su seguridad. Algunos ejemplos de ADAS son el control de ángulo, el mantenimiento de carril, el frenado autónomo o los sensores de marcha atrás y aparcamiento. Tienen un impacto positivo en la seguridad vial siempre y cuando se empleen del modo adecuado y no se conviertan en una distracción para el conductor.
- Autonomía disponible
Para realizar desplazamientos seguros en un vehículo eléctrico, es importante prestar especial atención a la autonomía. Existen apps y sistemas de conectividad específicos que facilitan la planificación de las recargas, evitando el riesgo que supone detener el vehículo en el arcén por haber agotado su autonomía.