Recientemente recogíamos en nuestra decimosexta edición del Arval Mobility Observatory, la normativa sobre las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en España. Hoy queremos fijarnos en lo que están desarrollando nuestros países vecinos, puesto que los países europeos están haciendo un gran esfuerzo para abordar los problemas ambientales y de salud pública mediante la reducción de la contaminación del aire en los centros urbanos.
Las ZBE son áreas designadas donde solo se permite el acceso a los vehículos que cumplen con ciertos estándares de emisiones. Aunque existen desde hace casi 30 años (las primeras zonas de este tipo se introdujeron en 1996 en Estocolmo ), han cobrado impulso rápidamente en la última década, con más de 300 ZBE actualmente en toda Europa.
En este artículo, analizaremos el desarrollo, los impactos, los desafíos y las perspectivas futuras de las ZBE en Europa. Para comprender mejor su eficacia y aplicabilidad, también analizaremos dos estudios de caso de ZBE en Londres y Barcelona.
El desarrollo de las zonas de bajas emisiones (ZBE) en Europa
En muchas ciudades de Europa, los niveles de contaminación atmosférica superan las últimas recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto conlleva importantes riesgos para la salud de los ciudadanos. La alta concentración de vehículos en las zonas urbanas conduce a una degradación de la calidad del aire.
El tráfico es la mayor fuente de contaminación del aire en las ciudades de todo el mundo, responsable del 25% de las partículas en suspensión, seguido de cerca por la combustión y la agricultura (22%) y la quema de combustible para su uso doméstico (20%). En Europa, esta cifra es menor, ya que el transporte contribuye en un 15% a la contaminación atmosférica en promedio; al mismo tiempo, en algunas ciudades europeas, el transporte y el reparto de mercancías es responsable de hasta el 28% de la contaminación por partículas.
Al centrarse en los vehículos que emiten más contaminantes, las ZBE tienen como objetivo abordar el problema de la contaminación directamente, lo que conduce a mejoras rápidas y notables.
¿Qué son las zonas de bajas emisiones y por qué se volvieron importantes?
La mala calidad del aire está relacionada con diversos peligros para la salud, como enfermedades respiratorias, afecciones cardíacas y muertes prematuras. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, en 2021 se produjeron 253.000 muertes prematuras debido a la exposición crónica a partículas finas.
En este contexto, las ZBE surgieron como un medio para fomentar el uso de vehículos más limpios y modos de transporte alternativos, como la bicicleta y el transporte público.
Las zonas de bajas emisiones (ZBE) son áreas de las ciudades en las que solo pueden entrar los vehículos que cumplen con ciertas normas de emisiones. Por lo general, esto cambia los patrones de movilidad, favoreciendo las bicicletas, los automóviles y furgonetas híbridos y/o eléctricos y otros vehículos de bajas emisiones. Los requisitos específicos para los niveles aceptables de emisión varían según el país y la zona.
Los vehículos que emiten niveles más altos de contaminantes, como los automóviles y camiones más antiguos, están prohibidos o se les cobra un peaje por acceder a estas zonas.
Las zonas de cero emisiones (ZEZ, por sus siglas en inglés) también existen, aunque son menos comunes; solo los vehículos de cero emisiones pueden ingresar a esas áreas, lo que significa que todos los vehículos con motor de combustión interna tienen prohibida la entrada. Londres es una de las ciudades que ha tomado la delantera en las ZEZ.
El objetivo principal de las ZBE y ZEZ es mejorar la calidad del aire mediante la reducción de las emisiones de contaminantes atmosféricos nocivos que son perjudiciales para la salud humana y el medio ambiente, como los óxidos de nitrógeno (NOx), las partículas (PM10) y las partículas finas (PM2,5).
Partículas en suspensión y contaminación atmosférica
Existen diferentes categorías de material particulado, dependiendo del tamaño de las partículas (es decir, de su diámetro aerodinámico). Las partículas finas (PM2,5) tienen un diámetro aerodinámico igual o inferior a 2,5 micrómetros, mientras que las partículas (PM10) se refieren a partículas de menos de 10 μm de diámetro. Las partículas en sí tienen diferentes características químicas, físicas, termodinámicas y morfológicas, lo que las hace complejas de estudiar y comprender.
Las fuentes de material particulado van desde las actividades relacionadas con la industria, la agricultura y el transporte hasta los eventos o incidentes naturales, como por ejemplo incendios forestales o erupciones volcánicas
El tráfico contribuye a la contaminación por partículas en las ciudades de todo el mundo en diversos grados, que oscilan entre el 5% y el 61%, con un promedio del 27%. Estas partículas provienen del motor de combustión de los vehículos y se liberan a la atmósfera a través de su tubo de escape; pero también se liberan de los sistemas de frenado y de la abrasión de los neumáticos.
La irrupción de las ZBE en las principales ciudades europeas
La aparición de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en las principales ciudades europeas supone un paso importante hacia la promoción de la sostenibilidad medioambiental.
Estos son algunos ejemplos clave:
- A menudo se atribuye a Estocolmo la introducción de la primera ZBE en Europa en 1996. La ciudad se enfoca en vehículos pesados y autobuses con motores de encendido por compresión (principalmente motores diésel).
- Londres introdujo su ZBE en febrero de 2008, centrándose inicialmente en camiones y autobuses diésel pesados para reducir las emisiones de escape, como parte de una estrategia más amplia de ‘Transport for London’ para mejorar la calidad del aire. Actualmente, esta ZBE cubre la mayor parte del Gran Londres, haciendo cumplir las normas mínimas de emisiones e imponiendo peajes a los vehículos que no cumplen con las normas.
- Berlín también introdujo su ZBE en 2008, centrándose en la reducción de los niveles de partículas y óxido de nitrógeno. Los vehículos más antiguos y contaminantes no pueden entrar en las zonas más céntricas de la ciudad.
Muchas otras ciudades europeas han adoptado las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) como parte de sus estrategias para reducir la contaminación del aire y promover un aire más limpio, como Lisboa, Oslo, Ámsterdam, Milán, Madrid…etc
Marcos legislativos y políticas que impulsan el establecimiento de ZBE
A nivel de la UE, las normas de calidad del aire están establecidas por la Directiva sobre la calidad del aire ambiente (2008/50/CE). Los Estados miembros están obligados a cumplir estas normas y limitar contaminantes como el dióxido de nitrógeno, las partículas finas (PM2,5) y las partículas (PM10).
Este marco anima a los gobiernos nacionales y a las autoridades locales a utilizar las ZBE como herramienta para reducir los riesgos para la salud y el medio ambiente derivados de la contaminación atmosférica y promover la electrificación de los vehículos.
Los países y ciudades, incluidos los países europeos que no son miembros de la UE, como Noruega y Suiza, han desarrollado políticas y regulaciones específicas para guiar el funcionamiento de las ZBE.
Las políticas locales rigen los criterios para las emisiones de los vehículos, los tipos de vehículos afectados, los mecanismos de aplicación y los límites geográficos de las zonas.
Paralelamente, las normas europeas de emisiones para vehículos se vuelven cada vez más estrictas; La norma Euro 6e, una versión reciente de la norma Euro 6, impone estrictos controles sobre las emisiones de óxidos de nitrógeno y partículas de los vehículos en el tubo de escape, mientras que la Euro 7 (actualmente a la espera de la aprobación de los Estados miembros de la UE) endurecerá aún más estos límites. Estas normas se alinean con los objetivos de las ZBE y facilitan la aplicación de la normativa de las ZBE al clasificar los vehículos en función de sus niveles de emisiones más allá de las emisiones de escape.
Principales impactos de las zonas de bajas emisiones
Veamos ahora algunos de los principales impactos de las ZBE en los entornos urbanos, los sistemas de transporte, los patrones de movilidad y la salud pública.
Los principales impactos de las ZBE incluyen:
- Reducción de los niveles de contaminación atmosférica y mejora de la calidad del aire: Al restringir la entrada de los vehículos más contaminantes en las zonas urbanas designadas, las ZBE disminuyen la concentración de emisiones nocivas. Por ejemplo, en las ciudades alemanas, la implementación de las ZBE ha dado lugar a reducciones de las concentraciones medias anuales de PM10 y NO2 de hasta un 7% y un 4%.
- Efectos positivos en la salud pública y el bienestar: Un aire más limpio da como resultado una menor incidencia de enfermedades respiratorias y una mejor salud cardíaca; los estudios sobre el impacto de las ZBE han demostrado un efecto más pronunciado en las enfermedades cardiovasculares. Esto contribuye a mejorar la salud pública en general y podría reducir los costos de atención médica.
- Efectos sobre la infraestructura de transporte y los patrones de movilidad urbana: Las zonas de bajas emisiones fomentan el uso de vehículos más limpios, alternativas de transporte público poco contaminantes y modos de transporte alternativos, como caminar y andar en bicicleta. Esto, a su vez, ayuda a promover la actividad física entre las poblaciones locales.
- Implicaciones económicas: La inversión financiera inicial para las personas y las empresas puede ser significativa, ya que necesitan actualizar sus vehículos para cumplir con los estándares de emisiones. Pero, en general, los beneficios de las ZBE superan esos costes a largo plazo. Además, las ZBE crean una demanda en el mercado de vehículos más limpios.
Al ofrecer a las personas y organizaciones un fuerte incentivo para actualizarse a vehículos más nuevos y menos contaminantes, las ZBE también contribuyen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a combatir el cambio climático.
Desafíos y críticas a la ZBE
Las zonas de bajas emisiones (ZBE) se enfrentan a diversos retos y críticas, tales como:
- Cuestiones de aplicación y cumplimiento: Supervisar y garantizar el cumplimiento de las normas de las ZBE puede ser una tarea difícil para las autoridades locales. Es posible que tengan dificultades para identificar los vehículos que no cumplen con las normas o que se encuentren con la resistencia de los ciudadanos.
- Impactos socioeconómicos en las comunidades marginadas: Las ZBE pueden afectar de manera desproporcionada a las comunidades de bajos ingresos que dependen de vehículos más antiguos y contaminantes, exacerbando las desigualdades. Para mitigar esto, Francia había implementado previamente una medida de "arrendamiento social", que brinda acceso a opciones de arrendamiento asequibles para vehículos eléctricos a familias de bajos ingresos, mientras que algunos países de la UE (como Alemania y los Países Bajos) ofrecen incentivos fiscales a las empresas para la compra de vehículos eléctricos.
- Impactos en el negocio: La actualización de las flotas y la provisión de medios de transporte alternativos a los empleados pueden suponer una carga financiera para las empresas, y especialmente para las del sector logístico.
- Limitaciones tecnológicas y necesidad de desarrollo de infraestructura: La implementación efectiva de las ZBE requiere mejorar la infraestructura urbana y proporcionar más opciones de transporte alternativas. Además, los fabricantes deben adaptarse constantemente a las nuevas regulaciones, y anticiparse a la demanda del mercado y las restricciones futuras.
Casos de estudio: Londres, Barcelona
Veamos ahora dos ejemplos de cómo las ciudades abordan el reto de las ZBE: Londres y Barcelona.
Londres: Un enfoque gradual que conduce a resultados exitosos
Londres es una de las ciudades pioneras de Europa en la creación e implementación exitosa de una ZBE, que ha estado en vigor desde 2008. La ciudad ha utilizado un enfoque y un endurecimiento graduales de los estándares, lo que ha dado tiempo a las empresas y a los ciudadanos para adaptarse.
Desde 2019, Londres también cuenta con una zona de emisiones ultra bajas (ULEZ), que ha ayudado a reducir las emisiones en un 26% desde su entrada en vigor.
El ejemplo de Londres demuestra el potencial de la mejora ambiental impulsada por políticas, incluso en ciudades grandes y densamente pobladas.
Barcelona: Múltiples retrasos antes de la puesta en marcha de una ZBE
El Área Metropolitana de Barcelona sigue teniendo dificultades para implantar las ZBE de forma coherente y a escala: la Generalitat ha hecho concesiones para que las ZBE cubran el 25% del total del área urbana, en lugar de cada ciudad.
La implementación de la ZBE en Barcelona se ha retrasado varias veces y finalmente se implementó en 2020 para el área dentro de sus carreteras de circunvalación. La ciudad ha avanzado cautelosamente hacia una ZBE y ahora restringe los vehículos de gasolina matriculados antes de enero de 2000 y los vehículos diésel matriculados antes de enero de 2006, es decir, aquellos que no cuentan con distintivo ambiental de la DGT.
Actualmente, la ZBE en la ciudad de Barcelona se aplica en días hábiles, es decir, de lunes a viernes y de 7 a 20 horas.
La dificultad en la implementación de las ZBE a menudo se deriva de las preocupaciones sobre los impactos económicos en las empresas y las personas que dependen de vehículos más antiguos. Este es un ejemplo del reto de lograr el equilibrio adecuado entre los objetivos ambientales y los factores socioeconómicos.
Perspectivas y futuro para el desarrollo de las ZBE en Europa
Desde su introducción a finales de la década de 1990, las zonas de bajas emisiones (ZBE) se han expandido significativamente por toda Europa, creciendo en número y alcance. En 2022 había más de 320 ZBE en la UE y se espera que el número alcance las 507 en 2025.
Inicialmente enfocadas en reducir las emisiones de los vehículos pesados en algunas ciudades, las ZBE ahora abarcan una amplia gama de tipos de vehículos, incluidos automóviles, autobuses y motocicletas, en numerosas áreas urbanas.
Dado que la calidad del aire sigue siendo una preocupación importante en muchas ciudades europeas, es evidente que hay margen de mejora, y la proliferación de ZBE podría ayudar a ello.
Para aprovechar todos los beneficios de las ZBE y mitigar los posibles inconvenientes, son necesarios esfuerzos concertados de planificación urbana; Además, los responsables de la creación de políticas deben asegurarse de que esas zonas no afecten de manera desproporcionada a las poblaciones de bajos ingresos y a las pequeñas empresas.
Esto se puede lograr a través de:
- Utilizar un enfoque gradual para introducir y endurecer las restricciones
- Implementar diferentes mecanismos de apoyo, como subsidios para vehículos más limpios o modos de transporte alternativos
- Animar a las empresas a implementar políticas de movilidad sostenible para sus empleados
- La expansión de la infraestructura ciclista y zonas peatonales
De esta manera, las ZBE pueden convertirse en un elemento clave de las estrategias de transporte sostenible más amplias de las ciudades y ayudar a mejorar tanto la calidad del aire como la calidad de vida de las poblaciones locales.