Las empresas llevan años disfrutando de las ventajas del renting. Para ellas, externalizar la gestión de su flota de vehículos les aporta, además de ahorro de tiempo, importantes ventajas fiscales, pero ¿qué hay de los autónomos?
En este caso, si desean adquirir un vehículo para uso profesional y particular, el principal reto al que se enfrentan, primero de todo, es al desembolso inicial que deberá realizar al comprar un vehículo nuevo.
Es cierto que podrán deducirse algunos importes sobre ese gasto inicial, pero la complicación llegará cuando intente justificar el resto de gastos asociados al día a día de su vehículo: matriculación, seguro, mantenimiento o reparaciones.
Al elegir la opción renting, evitará el gasto inicial de la compra y podrá deducir importes en todas sus cuotas, disfrutando de una mayor liquidez. Elige entre las diferentes soluciones de renting flexible o largo plazo y recuerda que la cuota del renting incluye también el mantenimiento del vehículo, seguro y otras ventajas.
Por último, al finalizar el contrato de renting podrá cambiar de vehículo, estrenando coche nuevo, sin tener que preocuparse de su venta en un mercado de segunda.
Las ventajas que aporta el renting al entorno profesional, junto a sus cada vez más conocidas ventajas fiscales, lo posicionan como una solución muy eficaz por delante de otras soluciones más clásicas existentes en el mercado.